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Se cumplen 50 años
de la primera grabación de Elvis Presley,
un hecho que marcó el inicio del rock


POR:Manolo Bellón
[Tomado de DIARIO EL TIEMPO]

El 5 de julio de 1954, el 'Rey' grabó 'That's all right', evento que la revista Rolling Stone considera considera como el comienzo del movimiento.

En todo caso, en diversas circunstancias, a mediados de los 50, empieza a sonar la música de la época

Pero, ¿ponerle fecha al resultado evolutivo de muchos años? Más bien lo que la revista estadounidense ha querido es fechar un hito que puede considerarse como el comienzo del rock. Ha escogido el 5 de julio de 1954, día en el cual Elvis Presley graba That’s All Right. Sin embargo, podría haber dos fechas más que, según el punto de vista del historiador o del crítico, pueden considerarse como las que le dieron el giro definitivo, las que sirven de punta de lanza para el inicio del fenómeno musical de la época.

Veamos primero el 5 de julio de 1954, al que se refiere Rolling Stone. Ese día, el empresario y productor fonográfico Sam Phillips, propietario de los estudios Sun, de Memphis, en el sureño estado de Tenneessee, estaba tratando de sacarle a un jovencito de 19 años el potencial que sabía que tenía. Elvis Presley poseía la voz correcta, un barítono que sonaba a negro, resultado de su vida entre los negros del sur de E.U., como solía suceder con los blancos pobres. Además, era buen mozo. Hacía unos tres meses que buscaba ese algo que haría la diferencia. Presley cantaba canciones de rhythm and blues, cantaba gospel (canciones religiosas negras), country, baladas, lo que fuera. Pero sonaba plano, con poca emoción, sin carisma.

El 27 de junio decide hacer que a Presley lo acompañe un guitarrista local, que dirigía un grupo y que acababa de grabar un disco de música country. Scotty Moore y su bajista Bill Black empiezan a ensayar canciones con Presley.

El 5 de julio, Phillips, frente a la consola, intenta con el trío la grabación de un tema country, I Love You Because. Pasaron las horas y no lograba oír lo que sabía le iba a dar un éxito nacional. Un poco frustrado, les da a los muchachos una pausa. Presley empieza a improvisar sobre un tema de blues de Arthur ‘Crash’ Cruddup, It’s All Right. Con el paso de los segundos, tomando el pelo, acelera el ritmo. Primero el bajista Black y luego el guitarrista Moore entran a acompañar a Elvis con un respaldo musical acorde con el ritmo impuesto por el cantante.

En la sala de consola, Sam Phillips se eriza. Por fin, después de tantos meses, halló lo que tanto había buscado. Pone a rodar la cinta y, luego de un par de tomas más, produce la grabación matriz definitiva. El rock and roll había nacido. La canción no fue un éxito en listas nacionales, aunque sí tuvo alguno a nivel local. Pero era el comienzo. Acelerar el tempo de varias canciones más probó ser efectivo. La carrera de Elvis Presley había arrancado. Y Sam Phillips se convertía en el promotor del fenómeno musical más importante del siglo 20. Hasta ahí la reseña de la fecha seleccionada por la revista Rolling Stone para fijarle un cumpleaños al rock.

Pero hay dos fechas más que pueden ser igual de trascendentales. El 21 de marzo de 1952, en la norteña ciudad de Cleveland, sobre los grandes lagos de Estados Unidos, el disc jockey más popular del momento organiza un concierto. The Moondog Coronation Festival, de Alan Freed, buscaba presentar a muchos de los artistas de rhythm and blues que él ponía a sonar en sus emisiones nocturnas, escuchadas por negros y blancos por igual. Los últimos lo hacían casi clandestinamente, pues no era bien visto que blancos escucharan la llamada música racial. El Cleveland Arena, estadio de hockey y basquetbol con capacidad para 10 mil espectadores, fue la sede escogida para el evento musical. Prometía estar colmado de jóvenes. La ‘Noche de la Coronación’, como la llamó Lew Platt, un vendedor de discos, era la celebración en la que Freed, conocido como ‘Moondog’ –una criatura de la noche– sería coronado.

A medida que avanza esa tarde, los organizadores del concierto sabían que el público estaría compuesto básicamente por jóvenes negros. Algunos blancos que se atrevían preparaban su asistencia. Cerca de las 5 de la tarde, los alrededores del escenario están colmados. Lo que inicialmente estaba programado para unos 5 mil asistentes se había convertido en un multitudinario evento para el que se habían vendido unas 10 mil boletas, y se dice que muchos más estaban en los alrededores.

El cartel era atractivo para la época, aunque ninguno de los artistas logró trascender más allá de su efímero cuarto de hora. Los cantantes Tiny Grimes, con sus Rockin’ Highlanders; Paul Williams, acompañado de The Hucklebuckers; el grupo vocal The Dominoes y Danny Cobb eran artistas del género rhythm and blues. Tenían discos en el mercado y sonaban en la radio. Especialmente, sus canciones eran pasadas por la noche por el energético disc jockey Alan Freed. Entre otras, nadie reparaba en su color de piel. Los negros lo escuchaban porque era su música y a los blancos los convenció de que escuchar música de raza no era tan malo, si esta podía hacer que uno se moviera al ritmo de sus tonadas.

El problema radicó en que la policía no había dispuesto controlar la fiesta-concierto. Los porteros no iban a trabajar en un evento para adolescentes y menos si eran negros. Conclusión, cuando el primer artista, Hucklebuck Williams, salió a tocar, vio cómo las puertas se derrumbaron ante la presión de los jóvenes y luego presenció las peleas que se desataron entre los aprisionados adolescentes. Finalmente, el concierto fue cancelado y los asistentes, retirados. No hubo concierto. No hubo fiesta. No hubo coronación.

Pero algo diferente comenzó esa noche del 21 de marzo de 1952. Se había sembrado la semilla del rock. Los artistas eran protorrocanroleros, si me permiten decirlo así. Había integración racial y rebeldía; hasta violencia. Había rock.

Y, finalmente, la tercera fecha trascendental es el 9 de julio de 1955. Aquel día llega al primer lugar en los listados estadounidenses de popularidad (We’re Gonna) Rock Around The Clock, interpretada por Bill Haley y Sus Cometas. Claramente no es la primera canción de rock and roll, pero es la primera que tiene un éxito enorme. Sus ventas fueron multimillonarias; durante 8 semanas ocupó el primer lugar y 19 más estuvo en el top 10 estadounidense. Suficiente como para considerar la fecha como un hito y la canción, como una de las seminales del rock and roll. Claro que, a diferencia de Elvis Presley, Haley tenía problemas.

Tenía 29 años, era regordete, con marcadas entradas. Nada que pudiera ser considerado como el ideal ídolo juvenil. Venía de la tradición country y había grabado la canción como un favor para sus compositores. La llamó un fox trot. Los autores de Rock Around The Clock pidieron a los productores de la película Blackboard Jungle incluirla, así fuera en los créditos finales. Así sucedió y el éxito es legendario. Para Haley, su cuarto de hora pasó rapidito. Pero Rock Around The Clock sigue estando entre las canciones más importantes de la historia. Y que la película cuente una historia de rebeldía de unos colegiales contra sus profesores también es significativo.

Hasta aquí, esta parte del cuento. Y estos hitos en la primitiva evolución del rock and roll. Lo que falta por agregar es que, al lado de estos dos artistas, hubo dos negros que hicieron muchísimo por el nacimiento del rock.

Uno de ellos es Fats Domino. En 1955 tenía 27 años y 7 de actividad profesional como artista de grabaciones. Su origen en ese caldero que es Nueva Orleans le permite absorber todos los géneros que esa ciudad tiene para ofrecer. Música francesa, española, africana, el creole (género que fusionó muchos de estos estilos), blues, música blanca, negra y antillana. Un piano sincopado, apoyado por guitarra, bajo y batería, acompañaba la suave voz de Domino, que desde 1949 tuvo éxitos notables en los listados de música racial, como se los llamaba. Cuando irrumpió el rock and roll a mediados de los 50, los blancos lo descubrieron y lo adoptaron. No sospechaban que lo que ellos ahora llamaban rock and roll (gracias a Alan Freed, generalmente considerado como la persona que acuñó el término), era lo que Domino tocaba hacía varios años. Basta con escuchar su disco Grandes éxitos –difícil de conseguir hoy– para entenderlo.

El otro artista fundamental es Chuck Berry. Nacido en Missouri, viaja a Chicago cuando apenas tenía 22 años, como tantos otros que buscaron fortuna allá. Pronto su estilo de blues urbano, más fuerte y agresivo que el rural del sur, halla audiencia. Influido por la música country blanca, escribe y graba canciones que brillantemente fusionan los estilos. Las letras de las canciones –puras adolescentes–, su forma de tocar la guitarra, de moverse en el escenario y de cantar, recogían el espíritu rebelde e innovador de la juventud del momento. Tuvo inmensos éxitos hasta comienzos de los 60.

Pero más que eso, sus excelentes canciones han trascendido y muchos artistas que aparecieron después reconocieron su influencia. The Rolling Stones, The Who, Beach Boys, Bruce Springsteen, para mencionar algunos, tomaron prestado de su genialidad. Así que el rock and roll está de cumpleaños. Dejemos el 5 de julio del 2004 como la fecha oficial para soplar las velitas de la torta de cumpleaños del rock and roll, que sigue tan campante. Con altibajos. Con momentos excelsos y otros vergonzosos. Pero 50 años son 50 años de eterna juventud. ¡Feliz cumpleaños!