Se dice que el primer tresero reconocido en Cuba se llamó Nené Manfugás y amenizaba fiestas en Santiago allá para la década de 1890. Fue con la llegada del son a La Habana, durante la segunda década del siglo veinte, que el tres, la versión criolla cubana de la guitarra española, comenzó a ganar estatura hasta convertirse en el instrumento emblemático del son cubano.

Hoy, con más de cien años de su creación, el tres ha trascendido para incursionar en varias corrientes musicales y ha seducido a artistas en todo el mundo como es el caso del etnomusicólogo Dr. Benjamín Lapidus de ascendencia judía y criado en Nueva York.

En su cuarta producción discográfica, titulada "Blue Tres", Lapidus sigue explorando las posibilidades armónicas y rítmicas del tres cubano, tal como lo hizo el tresero "Niño" Rivera hace 40 años.

EL ARTISTA

Criado en Nueva York entre el sonido de la salsa y el jazz, Lapidus se interesó por la guitarra y luego por el tres. Se convirtió en un estudioso de las raíces del son, en especial las variantes "changüí" y "nengón", formas precursoras del son, que se crearon en la región oriental de Guantánamo durante el siglo 19. Aprendió nuestro idioma y se acercó más al Caribe al casarse con una puertorriqueña.

Influído por los trabajos de Arsenio Rodríguez en el son y de John Coltrane en el jazz, fundó el grupo "Sonido Isleño" en el 1996 para explorar las intersecciones del jazz afro americano y la música de las Antillas Hispanas. Una exploración exitosa que se refleja en sus cuatro discos en los que participan varios músicos puertorriqueños.

EL DISCO

Blue Tres refleja una madurez musical en ascenso del grupo Sonido Isleño. Con sencillez, respeto a las raíces y aires de innovación, Lapidus utiliza la guitarra y el tres para crear temas interesantes integrando elementos del jazz a varios ritmos afrocubanos como: palo congo, mozambique, nengón, changüí, guaracha, bembé y chachachá. Además, incluye citas del "dub", el blues, el reggae y del "bebop".

El disco trae diez piezas de las cuales es difícil escoger una favorita, pues cada una tiene su encanto y sus sorpresas rítmicas o armónicas. Sin embargo, disfruté de forma especial los temas "El Niño Rivera on 52nd Street" y "Coltrane con Changüí".

En el primero, Lapidus imaginó al desaparecido Niño Rivera, el mejor tresero que ha dado Cuba, tocando en algún club de jazz en la calle 52 de Nueva York. En el segundo, el compositor le rinde homenaje al saxofonista John Coltrane con un changüí típico en el que se cuelan citas del tema "Giant Step" del afamado saxofonista norteamericano. Dos temas que muestran con elocuencia los muchos puentes y las pocas fronteras políticas que tiene la música caribeña.

En fin, estamos hablando de un grupo poco conocido de gran factura artística. Sonido Isleño es un taller de exploración que ha sabido explotar el sabor de nuestra música sin sacrificar la creatividad. Su disco Blue Tres garantiza 55 minutos de placer auditivo para todo aquel que se considera amante de la buena música afro caribeña.