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MUSICA DEL CARNAVAL DE BARRANQUILLA
Por: © RAFAEL BASSI LABARRERA
Concierto Caribe - 103.1 UNINORTE FM ESTEREO


El carnaval es una fuente inagotable de inspiración para los músicos del caribe colombiano, es así como encontramos infinidad de grabaciones alusivas al Carnaval de Barranquilla en diversidad de ritmos, desde cumbias, porros, fandangos, garabatos, maestranzas, tamboritos, puyas, cumbiones, guarachas, paseos y música salsa.

Una lista a vuelo de pájaro incluye:
Fiesta en Barranquilla (ALVARO CARDENAS), Rumba en Carnaval (ANIBAL VELASQUEZ), Joselito Carnaval (PACHO GALAN) Festajan Carnaval (JOSE PIANETA PITALUA), Carnaval (JOE ARROYO) Las Cuatro Fiestas (ADOLFO ECHEVERRIA), Carnaval de Julieta (RAMON ROPAIN), Carnaval de Barranquilla (MARIO GAREÑA), Pica Pica en Carnaval (ANIBAL VELÁSQUEZ), Carnavaliando (SONORA CURRO), El Polvito de Carnaval (LOS EMBAJADORES VALLENATO), Tamborito de Carnaval (LOS CORALLEROS DE MAJAGUAL), Pa´goza el Carnaval (CUMBIA SOLEDEÑA), Los Carnavales ( CUMBIA SOLEDEÑA), Huléla en Carnaval (ALFREDO GUTIERREZ), Frutos del Carnaval (CUCO VALOY), Carnaval ( JOE MADRID), Batalla de Flores (GRUPO NICHE), Se acabó (RAMON ROPAIN), El Palito de Alegrando el Carnaval (CHARLIE PLA), Carnaval (PERNET)

Cuando se habla de la música del Carnaval de Barranquilla, generalmente se piensa en la denominada MUSICA COSTEÑA. De esa música con aroma de campo, proveniente de las sabanas de Bolívar, de las riberas del Río Magdalena. Esa música que tuvo en los años cincuenta y sesenta una épocas de esplendor con Los Corraleros de Magagual, Aníbal Velásquez, Pedro Laza y sus Pelayeros, Rufo Garrido. Antolin y su Combo….

Era una música que venia del campo a la ciudad con referencias vitales de nuestra gente sencilla, pacifica y alegre a llenar los corazones de los emigrantes. Hoy día esta música se ha convertido en un maná carnavalero para alimentar la nostalgia de abuelos y veteranos gozones que reviven sus años de juventud con los ingeniosos y sabrosos raspacanillas.

EXITOS DEL CARNAVAL DE BARRANQUILLA
El tema Te Olvidé reconocido como el himno del Carnaval de Barranquilla apareció en 1954 como un relleno de la celebre Sonora Curro con la voz de Alberto Fernández. Sigue siendo el gran éxito de todas las épocas del carnaval currambero, cantado a pleno pulmón por espontáneos borrachitos, agitado por las flautas de millo en la Batalla de Flores.

En la segunda década de los cincuenta el merecumbé de Pacho Galán reinó junto al mambo de Pérez Prado. También ocuparon lugar destacado en esa década los porros de Lucho Bermúdez, la otra gran orquesta colombiana de la llamada época de oro de la música colombiana. Vibraba la pista de baile cuando los cantantes de la orquesta de Pacho Galán, musitaba, ay que rico amor, el que quiero brindarte; o del estribillo: Atlántico, tierra de la lisa y del amor.

A principios de los sesenta, las grandes orquestas colombianas entraron en crisis. Un nuevo formato musical, alejado del esquema de big band, se impone en los bailes populares. Aparecen Rufo Garrido y sus muchachos, Clímaco Sarmiento, Anibal Velásquez y Crescencio Camacho entre otros.

En la década del sesenta aparece uno de los grandes éxitos de todos los tiempos de la música colombiana. El maestro Wilson Choperena puso a todo el mundo a bailar con La Pollera Colorá, tema que con el paso de los años se ha convertido en un símbolo de Colombia en el exterior. Como goza Soledad cuando suena la cumbia.

En los años setenta al entrar en crisis la música costeña por la falta de promoción de las nuevas grabaciones. Las orquestas venezolanas aprovecharon la recesión, para impulsar temas colombianos con arreglos pretendidamente internacionales. Los Melódicos, la Billos, Los Blancos, Nelson Henriquez, Pastor López y otras especies del chucu chucu, se convirtieron en reyes musicales del carnaval, con un sonido soso, rítmicamente pobre, apto para el baile de “buenos modales”.

Como no hay música mal que dure mil años, ni oído que la resista, pronto los combos colombianos presentaron su respuesta al desafío musical. Adolfo Echeverría, tomando un poco el sonido veneco, presenta el éxito Amaneciendo. Juan Piña, antiguo cantante de los Hermanos Martelo, hace llave con el clarinete de su hermano Carlos, para repartir porros y fandangos a diestra y siniesta. Ay, baila Simón, toca el clarinete…

Los congos de Oro conquistados por Juancho Piña, llevan de la mano a la resurrección artística de Joe Arroyo con su orquesta La Verdad, que desde entonces se consolida, hasta finales de los noventa como el Rey de los éxitos carnavaleros.

DANZAS Y CUMBIAS DEL CARNAVAL DE BARRANQUILLA
En el Carnaval de Barranquilla se mueven valiosas expresiones artísticas populares. Los creativos actores de esta fiesta cultural dedican buena parte de sus ingresos, tiempo y energía a diseñar y confeccionar toda una alegoría, cuyo supremo propósito consiste en mostrar a la faz del continente, un acervo cultural tradicional que ostentan Cumbiambas, Danzas, Comedias, Comparsas, Disfraces, Letanías, etc; sobre las que se sustenta la parte vernácula del carnaval y con toda justicia se ha declarado Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Los grupos folclóricos también aportan música a la gran alegría carnavalera. La tambora es la materia prima de los desfiles callejeros, aunque pocas veces se escucha en la programación regular de las emisoras radiales que olímpicamente ignoran la música popular tradicional .

A principios de siglo XX, los clubes sociales de Barranquilla degustaban un plato musical a base de mazurkas, polkas, valses y bambucos. Enfundándose en sus levitas languidecían soñando con Los Andes. La música popular colombiana se escuchaba en el Salón Burrero de la calle de Las Vacas, a cinco centavos el barato, patrocinado por la municipalidad. A finales de los años treinta irrumpió en los lujosos salones de la alta sociedad barranquillera el pintoresco zoológico musical del caribe colombiano y así fue como La Vaca Vieja, El Hombre Caimán, El Gallo Tuerto, El Torito, El Sapo y el resto de nuestra fauna desplazó al vals, fox-trot, charlestón y entró a competir abiertamente con los hermanos ritmos antillanos.

Indiscutible que la cumbia es el alma musical del Carnaval de Barranquilla y es reconocida internacional como el símbolo sonoro de Colombia. No hay carnavalero que se respete que dude en responder al llamado de la tambora, el guache y la flauta.

A pesar de que la cumbia es nuestra tarjeta de identidad musical, su difusión y promoción radial es bastante limitada, igual sucede con otros aires folclóricos y géneros populares que han sido relegados por los productores discográficos que solo promueven un producto de consumo como el vallenato, el merengue y otros ritmos internacionales de moda.

Algo parecido sucede con otros géneros musicales del Gran Caribe que nunca se ofrecen a los oyentes, martirizados con una alienante chatarra sonora creada por la industria del entretenimiento con modernísimos sistemas de producción en fríos y asépticos estudios de grabación, despojados de la espontaneidad y alegría natural del Caribe. Ese producto musical desechable inunda a la aldea global, teniendo como mercado cautivo a la diáspora caribeña.

Siempre se dice que nuestro mayor patrimonio cultural está en la gran diversidad musical del Caribe. Ese tambor que se repite en cientos de toques y ritmos es un instrumento que nos une. Debemos buscar formas de reencontrarnos a través de la música, la literatura, las artes y la cultura en general.

MUSICA DE BANDAS Y COMPARSAS DE CARNAVAL
Indudablemente una de las bases fundamentales del Carnaval de Barranquilla es su musicalidad omnipresente. La música es la savia que nutre nuestra magna fiesta atravesando todos los eventos carnavaleros : Noche de Guacherna, Batalla de Flores, Gran Parada, Festival de Orquestas, Carnaval del Sur, Entiero de Joselito....No se pueden concebir los elementos básicos del Carnaval de Barranquilla, como cumbiambas, danzas, comparsas y grupos de disfraces, sin la música costeña.

En el Carnaval de Barranquilla se presentan dos tipos de música: una, la que acompaña a las danzas, cumbiambas y comparsas callejeras es una música que se mueve entre lo folklórico y lo popular; la otra música es la que se baila en los salones de los clubes y las casetas, tocada por orquestas y grupos nacionales y extranjeros. Esta última responde a los aires de moda en cada festividad. Año tras año llegan de las Sabanas del Bolívar y Sucre, así como de los Valles del Sinú y San Jorge las maravillosas banda de viento que se unen a las papayeras locales para recordar ancestrales porros, fandangos, gaitas, cumbiones, guarachas y aclimatar ritmos internacionales de moda al calor y alegría de los desfiles del Carnaval de Barranquilla.

TRADICIÓN MUSICAL DEL CARIBE COLOMBIANO
Los alegres ecos de tambores, gaitas y flautas de millo las imborrables imágenes de Congos, Cumbiamberas, Toritos, Marimondas y toda la fauna carnavalera permanecen flotando en el ambiente barranquillero y con la llegada de las brisas del año nuevo resurgen ancestrales cantos y sonidos que nos conducen al reencuentro con nuestras más genuinas tradiciones danzarinas y musicales en la más espectacular fiesta colombiana: EL CARNAVAL DE BARRANQUILLA.

No hay duda que la música folklórica es la médula rítmica del Carnaval barranquillero. En nuestra música se fusionan las raíces indígenas con las culturas europeas y africanas. Desde los tiempos coloniales cuando negros e indios tocaban la música de los amos blancos con tambores y gaitas, se inicio una sabrosa mescolanza musical que a lo largo del tiempo ha producido un gran número de géneros y ritmos musicales, tales como la cumbia, el bullerengue, la gaita, el mapalé, el chandé y el porro entre otros.

Nos atrevemos a afirmar que existe una música que es patrimonio de nuestro Carnaval, una sonoridad que cuando se escucha proyecta al oyente y al bailador a los cuatro días más maravillosos del año, algo que es propio, terrígeno, vernáculo y representa la raiz y esencia de nuestra fiesta.