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La que va al Grammy ya no es la cumbia nuestra
Por © LILIANA MARTÍNEZ POLO / REDACTORA DE EL TIEMPO
[Tomado de PERIODICO EL TIEMPO]

Este año la categoría de vallenato / cumbia incluyó a las producciones de cumbia tropical de otros países como Argentina, México y Chile.

Cuando se le dio luz verde al vallenato en el Grammy Latino, lo unieron a la cumbia. No se necesitaba ser un genio para predecir que habría más álbumes inscritos del primero que de la segunda.

El temor de entonces era que un Poncho Zuleta o un Iván Villazón tuvieran que competir en el mismo saco con los exponentes del tex mex, las cumbias villeras, las argentinas, las chilenas y las peruanas.

En ese momento se anunció que no existía tal peligro. Porque la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación (Laras) había estado conciente de la distancia entre el vallenato y las hijas de nuestra cumbia que echaron raíces en los demás países de Latinoamérica.

Por eso, a la par con la vallenata, crearon la categoría de mejor álbum de música tropical regional mexicana, que podía agrupar estas cumbias.

Pero este año, mientras los vallenatos se preocuparon por salvar su categoría y lo lograron enviando sus discos en el filo del cierre de inscripciones (en junio); los exponentes de la tropical regional mexicana dejaron morir la suya.

Entonces, quedaron en el vacío unas cuantas cumbias hechas en México, Chile y Argentina, sin categoría que las cobijara... aparentemente.

La filosofía del Grammy no es tampoco que la categoría de vallenato/cumbia sea exclusiva del país. Se ha repetido que todo el que haga vallenato, así sea chino, podrá aspirar a la estatuilla.

Así que, durante el comité de Revisión del Grammy, que se celebró recientemente en Miami, todos los álbumes que tuvieran un ritmo identificable como cumbia (sin importar su nacionalidad o distancia con la original) entraron a competir con los vallenatos.

Así: pronto estarán listas las planillas de la primera votación del Grammy Latino. Empezarán a llegarles por correo electrónico a los miembros votantes de la Academia.

Y verán en un solo campo, el de la categoría número 17, a Poncho, El Binomio de Oro, Villazón, Los Diablitos, Los Chiches y otros veintitantos vallenatos más, disputándose el cupo para la nominación con agrupaciones de cumbia argentinas y chilenas que para los colombianos son ilustres desconocidas.

Si estas tienen suficientes votos, a consecuencia de su popularidad en sus respectivos países, podrían quedar perfectamente nominadas, aún porencima de artistas que el público colombiano, el mayor consumidor de vallenato, considera que deberían estar allí.

Por su parte, la presencia de los exponentes colombianos de la cumbia inscritos en la categoría resultó ser mínima (no más de tres álbumes), de los cuales, quizás el más conocido, es Checazos de Carnaval, del Checo Acosta, con un trabajo que no es ciento por ciento del género, puesto que incluye otros aires tropicales del norte de Colombia.

Viene la votación
Pronto, los miembros votantes de la Academia que otorga el Grammy recibirán las planillas de votación, con los artistas inscritos. La suma de votos determinará los nominados. Después, vendrá una segunda votación que elegirá ganadores. Estos se proclamarán en noviembre, en Las Vegas.

El panorama de la cumbia en el mercado nacional
"Primero se acaban los colombianos, antes de que muera la cumbia -dijo Humberto Moreno, de la disquera MTM, a la pregunta por el declive del género-. El ritmo echó raíces en el resto de Latinoamérica". Según Moreno, la cumbia es un ritmo que los latinoamericanos podríamos comparar con el blues que en Estados Unidos dio la semilla para la música anglo actual, con todas sus ramificaciones.

La música popular latinoamericana está llena de sonidos de cumbia y, desde hace años se viene observando que en su cuna, Colombia, donde todavía mantiene sus raíces, es donde menos producción discográfica y difusión existe.

"Desde lo comercial, la veo venida a menos -dice Fernando López, de Codiscos-. No hay mucho apoyo de las radiodifusoras. Seríamos felices trabajando cumbia, porque son nuestras raíces. Pero si sacas un disco, no tienes cómo difundirlo".

López extraña las épocas en que los discos de Juan Piña se vendían como pan caliente. Ahora, invertir en cumbia, es riesgoso. Incluso, hace un par de años, disqueras como Fuentes producían cumbias, pero para el mercado mexicano.

La pequeña representación de la cumbia en el Grammy Latino refleja su situación en el mercado local. Guillermo Mazorra, de Sony BMG Colombia, estimó que por noventa y cinco discos vallenatos hay cinco de cumbia.

De hecho, la multinacional, muy fuerte en producciones de vallenato, no ha firmado artistas o sacado discos de cumbia en los últimos dos años.

En su análisis, Rafael Mejía, de Discos Fuentes, dice que el género ha estado desestimulado. "Se quedó en los ancestros y en muy poquitos jóvenes que se arriesgan a hacerla". Mejía explicó que su declive vino con el bajón de la música tropical en general, cuando dejó de ser protagonista de las emisoras para darle paso a la salsa, la popular (despecho, norteña, carrilera) y el vallenato. Este último, en cambio, "abunda en materia prima. Es el género en el que la gente más crea e incursiona. En la cumbia no. Esta no alcanza a ser lo suficientemente proclamada por el mismo pueblo desde su producción hasta su consumo".

Los más difundidos
Según Carlos Manuel Arredondo Cárdenas, gerente de Acinpro, el rubro de producción y distribución de cumbia en el país "no alcanza a estar entre los cinco o -inclusive- entre los diez ritmos más difundidos". Agregó que el vallenato, la música popular (despecho y norteña), la balada pop y el rock se disputan siempre los primeros cinco lugares.