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   El ritmo Pachanga y el baile
Por: © María Argelia Vizcaino



A petición del amigo Israel Sánchez Coll escribo sobre este tema, ya que solicita la ayuda de todo aquel que pueda prestársela para escribir una historia veraz y completa sobre el ritmo Pachanga. Sánchez-Coll es parte importante de la excelente revista musical latinoamericana www.herencialatina.com, una de las personas más objetivas y documentadas sobre los orígenes de la música en nuestro continente, siempre en busca de la verdad.

Empiezo indagando en mi edición de la Real Academia Española que sólo cuenta con el vocablo "pachanga, go" como adj. de Honduras y Nicaragua que significa "regordete".

Pero en el ciberespacio pude consultar la versión actualizada del www.rae.es, y manifiesta cuatro acepciones:
Pachanga. 1. f. Danza originaria de Cuba.

2. f. coloq. Alboroto, fiesta, diversión bulliciosa.

3. f. Partido informal de fútbol o baloncesto que se juega en una sola portería o canasta. U. m. en dim.

4. f. coloq. Arg., Cuba, El Salv., Guat., Nic. y Ur. Fiesta popular o familiar, generalmente con baile.
También revisamos el Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Selecciones del Reader's Digest donde anotan que es
1.- Baile antillano que combina los ritmos del merengue, la guaracha y el son montuno, y

2.- Fiesta muy alegre, ocio, algo poco serio.
Y por último revisé Wikipedia, la enciclopedia libre que recoge
"es un tipo de música latina y de danza americanas que originan de Cuba en los años 60. La danza substituyó brevemente el cha-cha en renombre, pero era en última instancia de breve duración. Todavía sigue siendo muy popular, sin embargo, en Cali, Colombia, donde los golpes originales de este género se pueden oír cualquier día de la semana en varias estaciones de radio y, en los fines de semana, en las docenas de clubs de la danza."
Etimológicamente se atribuye que es sustantivo que llegó de África, pero posiblemente tenga alguna relación con un numeroso grupo de palabras que en Español y otros idiomas contienen la raíz “pach-” que tiene el sentido de ‘obesidad’ y de ahí proceden “pacho”, “pachón”, “pachucho”, “pachorra”, por supuesto “pachanga” y muchas más. En algunas de ellas, se pasa de la idea de ‘obesidad’ a la de ‘vulgaridad’ por eso se usó para definir una "diversión bulliciosa" o "algo poco serio".

El ritmo que se conoce por Pachanga fue creación del cubano, natural de Baracoa, Eduardo Dadvison, un connotado escritor radial y músico que a petición de sus colegas de la Orquesta Sublime, que necesitaban algo nuevo que causara gran impacto, les entregó su pieza "La Pachanga" sugiriendo que le hicieran un arreglo diferente agregando un clarinete, al que se encargó al maestro Richard Egües. Y realmente impactó a toda Cuba y al exterior.

Como nació justo con la huida de Batista en 1959, el nuevo gobierno se encargó de politizar el ritmo, y hasta el macabro comandante Che Guevara calificó que aquello era un "socialismo con pachanga". Pero en ese mismo año 1961 que Cuba pasó a ser el primer país socialista de América, el autor de la Pachanga aprovecha una actuación en el exterior y no regresa, y eso es un pecado en un país antidemocrático, por eso los comisarios culturales eliminaron de los medios de comunicación, de todas las victrolas y tiendas, que ya estaban en su poder, cada disco que cantara pachanga.

El ritmo encontró tierra muy fértil en New York donde todo lo que llegara de Cuba era bienvenido por su sello de triunfo seguro. A partir de esa época, mientras en otros países disfrutaban de nuestra pachanga, jamás en Cuba se escucharon ni a Palmieri, ni a Héctor Rivera, ni a nadie que se supiera tuviera un cubano exiliado en su orquesta, mucho menos a Joe Quijano, el mejor exponente de la Pachanga que no entró en el juego de la politiquería.

Se ha escrito que la pachanga nace en 1959 del Chachachá. El tan prestigioso Dr. Cristóbal Díaz Ayala en su libro "Música Cubana del Areyto a la Nueva Trova" define que el ritmo Pachanga "es un chachachá más libre, más abierto, más proclive a pasos diferentes y por ende, más popular por más bailable". Por otra parte Belisario López y Frank Ugarte han declarado que es una combinación de ritmos que envuelven el Merengue, el Son Montuno y el Mambo. Para mi oído de bailadora lo considero una combinación de merengue con guaracha cubana, y algo parecido escribió el musicólogo colombiano Manuel Antonio Rodríguez A. en www.musicalafrolatino.com que "la pachanga surgió como una combinación de la plena y el merengue", y ya sabemos que la plena nace en Puerto Rico en el siglo XX de la bomba puertorriqueña y la guaracha cubana. El mismo Israel Sánchez Coll razona cuando nos escribe: "No sé, estos temas me suenan mucho a merengue y algo a porro colombiano". Y el Porro es música de la costa de Colombia, y vaya que similitud tiene con nuestra guaracha, escrito igual en 2/4.

En La Habana, entre 1959 a 1961 vi bailar la Pachanga como la guaracha, pero moviendo los brazos entrelazados de la pareja (lo que llamamos sacar agua), y más tiempo separados, dando unos salticos pronunciados, que me ha parecido ver en los bailadores colombianos de la década de 1990-2000 cuando bailan salsa. Pensaba que los hermanos suramericanos bailaban así por la influencia de la Sonora Matancera, pues la forma que ellos ejecutaban sus canciones pedía al bailador esos salticos con el compás, pero ahora me doy cuenta que puede que sea por la influencia de la pachanga. Lo que el mundo conoce por Salsa desde 1970, nosotros en Cuba le llamábamos música popular cubana y la bailábamos desde finales de la década de 1950 al estilo "Casino", pero era un baile solamente ejecutado en la capital de nuestra nación hasta 1978, no así la guaracha y el son que eran conocidos en todo el país. Por eso la Pachanga era del gusto de la mayoría, especialmente de todos aquellos bailadores de guaracha y no para los llamados casineros, porque la pachanga no es funcional para el baile casino que se estaba popularizando en La Habana desde el furor del chachachá en los te bailables de los clubes y casinos, y no por acelerada como argumentan los no bailadores, sino por su semejanza con el merengue más que con el chachachá, porque este último hace que los pies se desplacen apenas sin levantarse del piso y con la pachanga, con el merengue y la guaracha se levantan, de ahí los brinquitos aunque sean ligeros.

Es verdad lo que dice el musicólogo colombiano Manuel Antonio Rodríguez A.: "En el baile del son pesa mucho la cadencia coreográfica de pareja, mientras que en la pachanga, urbana y callejera ella, pesa más el afinque solitario del bailador." Y además nos dice en el referido artículo que la pachanga es la antecesora de la salsa, pero le aclaro que solamente en New York, no en Cuba, que antes de la creación de la pachanga bailábamos nuestra música estilo casino, que fue y siempre será la manera como se bailó lo que en el mundo llamaron salsa y cuando aquello era nombrado chachachá-son o son-chá, igualmente el mozanchá, y que casi no hay historias salseras que lo mencionen.

New York ha sido la mayor beneficiada de los logros musicales cubanos. Lo escribí hace años cuando elaboré la "Historia de un mismo baile: Salsa o Casino" que pueden leer en www.mariaargeliavizcaino.com : "Ay!, que razón tuvo el reconocido escritor Leonardo Acosta cuando leyó en una exposición en 1999 titulada Música Cubana Contemporánea (que también menciona de igual forma Antonio Mora Ayora en la Primera Historia Digital de la Salsa www.radiorabel.com):
«Al pasar la moda del Chachachá y comenzar los cambios socio-políticos en la Isla de Martí, fruto del triunfo de Fidel Castro Ruz y sus barbudos rebeldes de la Sierra Maestra, se inició otro proceso fundamental para la cultura popular del Caribe hispánico: el desplazamiento del epicentro sonoro caribeño de La Habana a Nueva York». Y adiciona que es «innegable que la Pachanga fue el último eslabón con la música tradicional cubana dentro de lo se cocinaba en los Yores.»"
De ahí para acá empezó la apropiación de ritmos y piezas de los cubanos que no tenían oportunidad de reclamar su trabajo, y todo eso que nos ha causado gran malestar y que hace interminable la discusión, porque muchos no aceptan el aporte legítimo de nuestros creadores, ya que no conocen la verdad.

Es la historia de la Pachanga quizás la más ligada a la política, por eso al hablar de la misma no se puede omitir. Posiblemente casi no se ha ahondado en sus orígenes para no herir susceptibilidades partidarias, ya lo hemos dicho en otras ocasiones, todo movimiento cultural lo maneja la política, no se pueden separar, y nadie se atreve a negar que en nuestro país penosamente fusilaron a la pachanga como a todo aquel que se oponía al nuevo sistema, y el que pensara diferente si quería sobrevivir, tenía que marchar definitivamente al extranjero. Fue la Pachanga una víctima más del castrismo, en la isla no se pudo volver a escuchar, por eso al igual que los exiliados triunfó en el exterior, porque la libertad brinda la mejor de las posibilidades para la evolución y el progreso.

Le agradezco a Israel Sánchez Coll el empujón para adentrarnos en este tema tan interesante, y poder ofrecer mi análisis como testigo en Cuba, como historiadora y principalmente como bailadora. Veremos como la escudriñan los “eruditos” de la música y los que prefieren tapar el sol con un dedo.-